En un almuerzo se hallaban el matador de toros Rafael "el Gallo" -hermano del malogrado Joselito-, así como el aficionado José María de Cossío, y también el filósofo raciovitalista José Ortega y Gasset.
Al término de dicha reunión, quedando tan solo Rafael y José María, el maestro se dirige a Cossío para preguntarle que a qué se dedicaba el hombre tan simpático con quien habían estado charlando. A esto que el escritor le responde entre risas que era el filósofo Ortega y Gasset. Pero al no quedar el diestro del todo satisfecho, volvió a cuestionar cuál era su labor, a lo que su contertulio vallisoletano respondió que se dedicaba a pensar. Finalmente, esto suscitó un gran impacto en el torero conocido como "Divino Calvo", añadiendo éste con gracia y torería:
-¡De verdad: hay gente pa to'!
Imagen: Los Sabios del Toreo
Romero Salas