viernes, 20 de agosto de 2021

A sones de "Pan y Toros"

     A sones de "Pan y Toros" se me reconcome el alma por dentro. Hoy la palabra "Málaga" me suena a clarines de los bomberos sobre la meseta de toriles. Las circunstancias de hoy día han hecho que no me quede otra que esperar un interminable invierno más. Un invierno para poder disfrutar de ese paseíllo tan especial desde el café hasta la plaza, almohadilla bajo el brazo, respirando los lances de sal que el mar nos brinda con su capote.




    Las banderas sobre la presidencia que hace escasas temporadas vieron nacer mi afición a este arte entre las artes ondean hoy con aroma festivo. El rubio albero de una plaza de primera es hoy la envidia de todas las miradas del orbe taurino. A las siete de la tarde sí que valdrá la entrada ser testigo del paseíllo trenzado por un cartel inigualable. Con ese momento presenciado ya puede coger uno la salida del "tendío" perfectamente. 


    A "Pan y Toros" suena ese ambiente exclusivo que nos sugiere la Malagueta. Una constante fragancia de torería desde el estribo del burladero hasta la última teja de la andanada. "Pan y Toros", "Pan y Toros" nos recuerda aquellas tardes de triunfo y apertura de la puerta grande, que curiosamente es tan grande como todas las del coso malagueño. "Pan y Toros" evoca aquellos papelillos al ruedo, aquellas quejas de los vecinos de delante por clavarle las rodillas en la espalda, aquellas palmas de tango hacia el presidente por no devolver al toro que no sabe si hacerse ya el muerto en el caballo con tal de ver el pañuelo verde... En definitiva, aquella fusión de fiesta y seriedad que caracterizan a una feria única. Escuche. Ya suena. "Pan y Toros".


Imagen: autor

Romero Salas

miércoles, 18 de agosto de 2021

Maldita ignorancia


    No me cuadra a mí el asunto. Me produce pena mucho antes que rencor. La Sra. Alcaldesa de Gijón, masivamente criticada y alegada con tanta razón como resentimiento, no está atravesando uno de sus mejores momentos. No obstante, vamos a intentar desgranar este embrollo poco a poco, lo más amablemente posible hacia su persona. Los taurinos de pura raza respetamos hasta a nuestros enemigos más hostiles. Creo que, en cambio, ellos no pueden decir lo mismo.

    


    Cuando la mencionada munícipe tenía 23 años, de los 58 con los que actualmente cuenta, en la ganadería de toros de lidia de Daniel Ruiz le pusieron a dos vacas por nombre Feminista y Nigeriana. Posiblemente el momento en que la susodicha antitaurina andaba formándose para posteriormente adquirir su Licenciatura en Filología Hispánica. Algo raro pasa aquí. ¿Acaso se puede cometer el mastodóntico error de intentar prohibir la Fiesta Nacional en una ciudad, aun siendo consciente de la desmesurada cantidad de términos y expresiones taurinas que la misma ha aportado "hasta la bola" al español? Sería perfectamente inteligible que su posición personal fuera contraria a la tauromaquia. Sin embargo, privar de ella a sus partidarios es otro nivel realmente desorbitado. 

    
    Partidarios a los que, indudablemente, la edil socialista ha rechazado de una manera abyecta, infame y soez. Nos topamos con otra indiscutible controversia. ¿Cómo es posible que la máxima autoridad -precisamente perteneciente al Partido Socialista Obrero Español- de una población pretenda vedar tajantemente de su fiesta al pueblo humilde, obrero y trabajador que se gana la vida de sol a sol en las costas gijonesas? No olvidemos que "los toros son del pueblo". Sin ir más lejos, la señora carbayona, con todos los honores del mundo y por mi parte con mi máximo respeto, procede de una familia dedicada al comercio textil en un barrio ovetense. Considero que aquí no hace falta añadir nada más.


    Por ir pegando ya la media verónica, no consigo comprender cómo ha demostrado tal capacidad para afirmar que en el arte entre las artes se utilizan los animales para "desplegar una ideología contraria a los derechos humanos". Mi honesta pregunta es la siguiente: ¿existe alguna ideología contraria a los derechos humanos mayor que la de impedir que miles de familias, cuyos integrantes viven del arraigado mundo del toro, puedan llevarse el pan a la boca? 


     Para concluir, todo lo tratado me incita a pensar en que usted, estimada alcaldesa de Gijón, posee un paupérrimo nivel de conocimiento, no solamente taurino, sino también humano. Maldita ignorancia la que destila a borbotones, con perdón.



Imagen: El Comercio

Romero Salas


    

jueves, 5 de agosto de 2021

Pata negra capotera

Las olas del Puerto se esmeraban esta tarde, lance a lance, en pisar tierra firme para verlo. Santa María derramó su divina Gracia sobre las muñecas de un matador sin alternativa. Clasicismo, verdad, torería en cada perla de alamar definen al novillero que superó si cabe el lento compás de los clarineros, frente al respetable que, según el dueño del trono del toreo, "sabe lo que es un día de toros". 


Estoy borracho de pata negra capotera, estimado aficionado al Arte entre las artes. Lo admito sin complejos porque no auguro numerosas ocasiones en las que poder decirlo sin exageración alguna. Me ha embelesado el exclusivo percal de Tomás Rufo. Hacen falta más toreros como él. Torero con las seis letras. 

¿¡Quién dijo que "el capote no sirve na' más que pa' morderlo"!? Craso error el anteriormente citado. Pues hoy, si existiera la posibilidad de contradecir los cánones del ilustrísimo Cossío, me hubiera bastado con ver la suerte suprema justo después del casi inmóvil trío de medias en la boca de riego, cuya onda seguirá expandiéndose por los tendidos durante las charlas taurinas de toda la feria.

Imagen: Mundotoro (Eva Morales)

Romero Salas


domingo, 1 de agosto de 2021

A Curro Díaz, matador de toros... y del tiempo




Yo quisiera ser el relojero que pone otra vez en marcha ese reloj que se paró al dibujar Curro Díaz el primer muletazo.

Yo quisiera ser el cairel de ese alamar que se adormece al compás de la trincherilla con más sabor "en er mundo".

Yo quisiera ser además ese ole "desprendío" que se oyó en Iniesta desde la barrera del Reino de los Cielos, de la voz torera de Iván Fandiño. 

También ser la esclavina de ese percal que nunca tiene prisa cuando se empapa por bulerías de la brisilla de la tarde.

Quisiera yo ser la esencia que chorrea de los machos de las hombreras, cuales manojos dorados de Romero.

Yo... yo quisiera ser la mulilla que arrastra al burel que descansa en la excelsa gloria de haber sido estoqueado con mayor torería imposible.

Romero Salas