Yo quisiera ser el relojero que pone otra vez en marcha ese reloj que se paró al dibujar Curro Díaz el primer muletazo.
Yo quisiera ser el cairel de ese alamar que se adormece al compás de la trincherilla con más sabor "en er mundo".
Yo quisiera ser además ese ole "desprendío" que se oyó en Iniesta desde la barrera del Reino de los Cielos, de la voz torera de Iván Fandiño.
También ser la esclavina de ese percal que nunca tiene prisa cuando se empapa por bulerías de la brisilla de la tarde.
Quisiera yo ser la esencia que chorrea de los machos de las hombreras, cuales manojos dorados de Romero.
Yo... yo quisiera ser la mulilla que arrastra al burel que descansa en la excelsa gloria de haber sido estoqueado con mayor torería imposible.
Romero Salas
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