Foto: ABC.es
ANTONIO FERRERA, ROCA REY Y GINÉS MARÍN
PAMPLONA (SAN FERMÍN, 11/7/2018)
Ganadería: Núñez del Cuvillo
-Divisa Verde, Blanca y Roja
-Ganadero: Joaquín Núñez del Cuvillo
-Fincas: El Grullo, Vejer de la Frontera (Cádiz) y
El Lanchar, Conil de la Frontera (Cádiz).
-Antigüedad: 13-05-1991
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Antonio Ferrera - Azul turquesa y oro
Andrés Roca Rey - Blanco y plata
Ginés Marín - Grana y oro
Paseíllo que comienza entre pitos del público e impaciencia del presidente al retrasarse unos minutos, según informa el equipo de Canal Toros, ultimando unos detalles Roca Rey en el patio de cuadrillas. Bronca que se calma debido a la majestuosidad del pasodoble "Agüero" y la serenidad de los espadas al formar una línea recta en el desfile hacia los capotes.
Recibe Ferrera con clase a Juncoso, la que le falta al animal sin humillar ni obedecer a las verónicas que le efectúa al primero, negro, ancho de sienes (82 cm entre pitón y pitón) y fuerte de cuartos delanteros. Remata con una naturalísima media. No se emplea mucho en el caballo, que no le hace excesivo efecto a su embestida. Se gusta Antonio en otro ramillete de verónicas, bajando el capote y rematando con una vistosa revolera. Sigue llevando la cara arriba en un arriesgado y lucido tercio de banderillas.
Comienza la faena con una oscura y parda muleta (como a mí particularmente me gustan) en mano derecha, bajándola pese a la embestida a media altura. Irrumpe "Amparito Roca" cuando opta por el pitón izquierdo, intentando ocultar los predominantes defectos que el cuvillo presenta. Conecta con los tendidos con facilidad, mediante numerosos adornos, florituras y pausados pases de pecho. Consigue captar la atención del toro con la muleta liada, que al fin agacha la cabeza, pinchando en suerte natural. Se choca la mano contra la frente, por acción del pinchazo, terminando en una brecha con sangre. Pincha por segunda vez cambiando la orientación de toro y torero. Estocada entera que no hace mucho efecto, por lo que honradamente acude a las tablas a por el descabello, al sonar el primer aviso. Acierta con el mismo. Sale a saludar al tercio.
Sale un morlaco mucho más bonito que el anterior. Astifino y serio. Lo saluda Roca Rey con variedad de verónicas y chicuelinas ajustadas y verticales. Puyazos intenso el primero y medido el segundo. Quite de Ginés Marín en los medios por tafalleras, gaoneras y remate de revolera. Réplica del peruano que no duda en echarse el percal a la espalda, que se tropieza con el paso del toro por una atrevidísima y arriesgada saltillera, cambiando el viaje de la trayectoria repetidamente. Desmonterado por el incidente, vuelve a la misma situación, que lleva a cabo el quite a los sones de los oles de Pamplona. Rápidos los subalternos del joven torero con los rehiletes.
Se hinca de rodillas en los tercios con casi mortales derechazos, tampoco se quedan atrás los de por la espalda. Silencio del respetable al estar metido en la faena de Andrés. Estaquillador agarrado por el centro con la mano izquierda. Muestra recorrido Cordobés, que además ha presentado una inmensa nobleza a lo largo de toda su lidia, entre otros aspectos por el desarme tanto de capote como de muleta de su matador. Finaliza con bernardinas, clavado en el albero. Se perfila decidido a tirarse en toda la cruz. Estocada que hace caer efectiva y velozmente al animal. Tremenda petición del público que de seguro se hubiera transformado en una torrencial bronca al pedir las dos orejas con una fuerza descomunal, si no fuera por la incidencia con el arrastre que relato a continuación. Pero, como dirían los buenos aficionados, la primera (concedida) es del respetable, y la segunda del presidente. Dan problemas las mulillas al arrastrar al morito ya muerto. Los mulilleros se ven obligados a separar a cada una de las tres. Tras esperar unos minutos, consiguen que finalmente funcione el tiro. Oreja.
Impacta la velocidad con la que abandona los chiqueros el tercero de la tarde. Jabonero, astifino, ancho de sienes, basto de pezuñas y aparentemente potente. Lancea con gusto Ginés Marín. Justos los puyazos. Efectivas las banderillas que acertadamente colocan los subalternos. Brinda al público con un pequeño susto al arrancársele el toro.
Así se empieza una faena: cartucho de "pescao" en los medios seguido por templados naturales. Cambia de mano con correcta colocación, ligazón y suavidad. Mérito de Ginés al adaptarse a la descompasada humillación de su oponente. Pierde el animal la clase en la embestida, al hacerlo pegando defensivos cabezazos. Supone una lástima la decadencia de la misma, al empeorar la obra complementada con un -a mi parecer- precioso vestido de torear. No le queda otra que ir a por la espada. Estocada entera. El toro no cae, huyendo aquerenciado hacia las tablas. Definitivamente echa las cuatro extremidades arriba al acertar su lidiador con el verduguillo. Silencio.
Serio el castaño oscuro axiblanco, astifino del pitón derecho. Lo recibe Antonio Ferrera con pases de brega estirado mas sin flexionar la rodilla. Sorprende éste toreando con medio capote, es decir, agarrando la esclavina y una parte del mismo, cambiándose la mano según el pitón por el que torea. Signo de valor y atrevimiento, y más al estar recién salido el toro. No pelea contra el caballo de picar. Banderillas reunidas y en su sitio. Saca el buñolino al albero a Antonio Ruiz "Espartaco", para brindarle la muerte del castaño con admiración y respeto.
Difícil de dominar al animal, por su genio y poca lucidez en su acometida a los engaños. Suena el pasodoble "La Entrada", acabando con el silencio de los navarros, al ser el habitual momento de merendar. Resuelve con elegancia, pero sin mucha transmisión. Se perfila despaciosamente al igual que en el primero. Algo menos de media estocada, haciendo guardia y contraria. Cae pero vuelve a levantarse con la puntilla. Lo deja cao al descabellar. Saluda desde casi los medios.
Destaca el pitón derecho (acaramelado al igual que el izquierdo) que mira al cielo del quinto jabonero. Hecho cuesta arriba y fuerte de manos, pese a ser fino. Saludo por gaoneras de Roca Rey, y por rocerinas para colocarlo en suerte de varas, de la cual sale trastabillado tras el primer puyazo. El segundo le sienta mejor. Vuelve a hacer el quite Ginés Marín, que se queda esperando la réplica de su compañero Roca. Mérito de Juan José Domínguez aguantando el parón del toro al cuartear, con los palos por debajo de los hombros. Brindis al público.
Genial comienzo de faena, con transmisión y conexión. Toreo en el centro del ruedo a la vez de los acordes del pasodoble "El Tío Caniyitas". Así se agarra la muleta por naturales. Sorprendentemente se arrodilla de repente, y sigue una serie de esta manera colmada de temple y torería. Mata tremendamente bien casi recibiendo. Donde hay que hundir el estoque. Cae rodado el jabonero. Dos orejas concedidas sin lugar a dudas. Se abrirá la Puerta Grande para el peruano.
Lancea a pies juntos el más novel de los matadores de esta tarde. Posteriores verónicas en los medios, rematadas por una media verónica por bajo. Galleo por chicuelinas para dejar al sexto en el caballo. Picador que recibe al morlaco con verdad y pureza al echarle la vara con los pechos del caballo por delante. Vistoso y torero quite por gaoneras de Antonio Ferrera, que remata con una decidida revolera. No da muchos problemas el toro en un ágil tercio de banderillas.
Comienza con ayudados por alto, al final separando la ayuda de la franela. Se sitúa en la misma boca de riego -centro de los medios- por derechazos. Pierde la emoción al no humillar el negro ancho de cuerna. Insiste con la zurda pese a la extrema insulsez del animal. Se perfila por fuera de los tercios cruzado entre los dos pitones, y pincha tres veces. Estocada entera al cuarto intento. Silencio.
Antonio Ferrera: saludos desde el tercio y saludos desde los medios.
Roca Rey: oreja y dos orejas (Puerta Grande).
Ginés Marín: silencio y silencio.
ENTRADA: Lleno
Romero Salas
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