martes, 29 de septiembre de 2020

OPINIÓN: San Miguel, torero

 



    El veintinueve de septiembre nos saca una leve sonrisa a la afición taurina. Al fin llega la fecha en la que, cual más arraigada tradición, nos quitamos el gusanillo del incesante afán que minuciosamente nos florece: anhelamos volver a escuchar los clarines de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, sentados en sus curtidos escaños y disfrutando de la más deliciosa cultura. Un preámbulo del torero abril, digámoslo así, en el cual se acartela una exquisita terna que a nadie deja indiferente. Hoy los tres Arcángeles se lían el capote de paseo para brindarnos la ardua lucha contra la pandemia que actualmente atenaza a buena parte del planeta. San Miguel, inconfundible director de lidia, nos recuerda que la Esperanza aguarda impaciente a la otra orilla de la Puerta del Príncipe, para congratular a cualquier posible espada que consiga atravesarla. Le sigue San Gabriel, que al igual que la Fe que nos transmite, espera vendado la salida de su astado, descobijándose posteriormente de su acogedor burladero, con el más confortador percal en mano. Y tomando alternativa completa San Rafael, rebosando la Caridad que sobre él ha derramado, con su moribunda mano, el Cristo más torero de la ciudad hispalense, mientras su madre, fiel a su maternal instinto, retocaba los últimos detalles en los alamares y caireles de su inmaculado blanco y oro. 

    La festividad de San Miguel nos recuerda a aquella ilusión, desprendida y repentinamente arrebatada, que habíamos puesto inocentemente sobre los emocionantes carteles que salieron impresos con el brillante sello de Pagés. Y que así perduren para la próxima feria de finales del mes noveno. Al menos que no destronen al actual poseedor de las llaves del coso baratillero. Le dio mucho a Sevilla -nada menos que su propio estilo, clásico, puro y con buen gusto-, y ahora toca la inversa. 

    También se lamenta el orbe taurino cordobés del mágico, casi imposible, deleite perdido, al caerse de nuestro momento de gloria fechado para el próximo doce de octubre aquel que en un pretérito no muy lejano, dicen que cortó dos pares de orejas a un lote de morlacos de Jandilla en una de las plazas más exigentes del mundo. Con una espléndida bandera grana y oro, y de fondo al Rey de los Toreros, se ataviaba uno de los carteles más atractivos de la breve temporada, si no el que más. Es más, lo sigue siendo, mas hay que comprender que sin Pablo Aguado no hay remate ni cartel galáctico que valga.

    Y con esto, concluyo este humilde homenaje a tan señalado día en el calendario taurino. Feliz día de San Miguel, torero. Y lo más esencial: cuídense... que tarde o temprano volveremos.

Romero Salas

sábado, 26 de septiembre de 2020

"Toros desde el sofá": Enrique Ponce, Curro Díaz y Sebastián Castella en Granada


 Foto: Ahora Granada



ENRIQUE PONCE, CURRO DÍAZ Y SEBASTIÁN CASTELLA
PLAZA DE TOROS MONUMENTAL DE FRASCUELO, GRANADA
De segunda categoría
-Estilo: Neomudéjar
-Inauguración: 30/9/1928
-Aforo: 14000 localidades

Comienzo: 18:00h
(Festejo retransmitido a través de Canal Sur)


Ganadería: Juan Pedro Domecq
-Divisa: Encarnada y Blanca
-Finca: Lo Álvaro (Castillo de Las Guardas, Sevilla)
-Señal de orejas: punta de lanza en ambas
-Antigüedad: 2/8/1790

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Tras irrumpir el gallardo pasodoble "Granada", se forja el paseíllo con suma responsabilidad, pero también con una pizca de ilusión, que florece al acoger uno de los festejos más atractivos del taurino mes de septiembre. Desfila más adelantado Sebastián Castella. Al término del caminar hacia la presidencia para cambiar la seda por el percal, se guarda un minuto de silencio en memoria de las víctimas mortales de la pandemia, y posiblemente dedicado también al maestro Paquirri, que hoy se cumplen 36 años de su fatídica muerte. Más tarde, se escucha y se ovaciona el Himno Nacional. Momento mágico que eriza el vello de todo español orgulloso de su bandera y su Fiesta.


Enrique Ponce: blanco y azabache, con el chalequillo bordado en oro y adornos en plata en las hombreras.

Curro Díaz: turquesa y oro

Sebastián Castella: azul pastel y oro


    Responde a Sambuca el primer toro de la tarde, negro, alto, rematado, enmorrillado, cornialto, albísimo de palas y estrecho de puntas. Saca el cuello con humillación y recorrido por el pitón derecho en el templado ramillete de verónicas de Enrique Ponce. Puyazo medido es el que recibe el astado, empleándose en el peto con la cara abajo. Quita el director de lidia por delantales, considerando oportuno el cambio de tercio. El juampedro carece de fuerzas en el tercio de garapullos, cayendo en el segundo par, dando lugar a una leve protesta en el tendido.
La papeleta que ha de resolver el chivano es sumamente complicada: su adversario pierde las manos en varias ocasiones, y a su vez la continuidad y humillación que le habían hecho brillar en el percal. Le otorga tiempo entre cada derechazo, lo que produce una descosida serie sin lucimiento. Suena la banda de música entre pitos del respetable, solicitando su cese posteriormente el matador. Aprende a embestir el animal de la mano de su lidiador, quien soltando el estoque de ayuda, alterna ambas manos a media altura, citando de frente y prolongando los pases de pecho, aprovechando la fiel fijeza que muestra el primero. Su estaquillador es una varita mágica que ha transformado completamente al de la finca Lo Álvaro. Hemos sido testigos de otra obra magistral, fruto de la sapiencia que destilan sus treinta años de alternativa. Estocada corta en suerte contraria, trasera y ligeramente tendida, suficiente para el atronamiento instantáneo. Oreja.


    Se abren los chiqueros para Secuestrador, colorado, largo, ojo de perdiz, entrado en carnes, enmorrillado, badanudo, ancho de cornamenta y astifino, que es recibido de capa de manera sublime y a cámara lenta por Curro Díaz. Toreo pata negra que ha dejado ebullir de sus palmas el maestro de Linares. Desmonta al piquero de su cabalgadura, en su afán de acometer contra la misma. El toro sube la cara agresivamente en el cuarteo, distrayéndose además en el último par. Brindis al público.
Inicia muy toreramente el jienense. Engancha la franela en demasía: no se puede templar cualquier tipo de toro. Baja la mano diestra, tragando la maligna mirada del desclasado marrajo, que impide el lucimiento a su espada. Se estrena la composición musical taurina "Curro Díaz". Pese a la desmesurada entrega del torero, no transmite absolutamente nada el colorado, con escasísimas virtudes, si es que las tiene. Se esfuma la continuidad. Pincha en un par de ocasiones. Estocada corta, caída y delantera. Acierta al segundo intento de verduguillo. 


     Danzarina se lee en la tablilla de toriles, negro, armónico de hechuras, hecho levemente cuesta arriba, enmorrillado, bajo de manos, algo capacho de palas y estrecho de pitones. Se estira a la verónica Sebastián Castella con el tercero del festejo, que descoordinadamente y con posibles calambres musculares, pierde feamente los cuartos delanteros. Lo conduce a la jurisdicción del varilarguero entre una potente bronca que manifiesta la afición. Tras un señalado puyazo, el cornúpeta es devuelto a los corrales, a mi parecer con buen criterio.


    Se luce el francés por verónicas con el capote al ralentí, chicuelinas y una muñequeada media ganándole terreno. El segundo toro de su lote -que no el sobrero-, negro listón, bien construido de hechuras, largo, con voluminoso morrillo, hondo de caja y cornidelantero, agarra con prontitud el caballo, recibiendo la puya en un gran sitio. Combina en el quite el diestro por vistosos afarolados y prolongadas tafalleras llevándose las telas a la espalda, reluciendo la variada e imprevisible tauromaquia del galo. Reúnen los rehiletes en el lomo los subalternos. Brindis al público.
Profundiza los doblones por bajo Castella, encelando a su oponente y extrayendo provecho de su recorrido en el comienzo de faena. Se raja el mismo frecuentemente. Logra el de azul pastel y oro, con un llamativo bordado de cuadrados, una interesante serie al natural, ya que el animal se arranca explosivamente, aunque en ocasiones pecando de desclasado, con violentos cabezazos en el término del embroque. Compone la figura al natural. No consigue una excepcional transmisión, mas le apura todo lo posible, al ritmo del pasodoble "Granaína y media", en los versos finales de su obra. Le propina una estocada corta en correcto lugar, con el brazo por delante, tras superar los problemas que expone el burel en su distracción mientras se lleva a cabo el perfilado para ejecutar la suerte suprema. Oreja.

    

    Sainetero se hace presente en el coso granadino, con sus imponentes hechuras, castaño albardado, serio, cornidelantero de palas y con pitones inclinados. Asienta las zapatillas el valenciano enfundado en un elegante terno blanco y azabache, con el chalequillo bordado en oro y algunos salpicados adornos en plata, moldeando el toreo con el capote. Contesta el toro en la suerte de varas al prolongado castigo que recibe. Quedan desiguales las banderillas colocadas por los peones del maestro Ponce. Brinda al respetable.
Torea de salón a media altura sin sacar excesivamente el brazo derecho, componiendo la figura en una espectacular serie, que capta velozmente la atención del público. ¡Menudos carteles de toros! Va amaestrándolo con tiempo y sitio, mientras nos deleita el exquisito "Cielo Andaluz". Hay que pellizcarse para comprender que lo que estamos viendo no está editado a cámara lenta por la realización de Canal Sur, pues da totalmente lugar a confusión. Desgraciadamente, disminuye la raza de la res, mas con su sensacional nobleza permite expresar a Enrique lo que siente delante de él. Llega el momento de la poncina, vaciando hasta el final la embestida; tampoco se queda atrás lo inédito: el toreo de rodillas esculpido por los ángeles, concluyendo con el abaniqueo en la cara, firma inequívoca que finiquita una genial pintura, apta para una de las más prestigiosas galerías. Pincha en su intento de entrar recibiendo, pero lo arregla instantáneamente con una estocada entera en los mismos rubios. La tizona lo ha emborronado todo, aunque no se percibe esta influencia negativa en la presidencia, asomando un par de pañuelos blancos. Dos orejas.


   Baja toreramente su percal el matador de turquesa y oro, salteando con ajustadas chicuelinas, y volviendo a cortar lentamente el más sabroso ibérico, recibiendo al negro listón, más largo que un autobús, fino, amplio de grupa y astifino, de descomunal trapío. ¡Vaya gusto que posee el aurgitano cuando se le coloca la divisa al toro que espera! No se emplea el quinto de la corrida en las cuerdas del torero con gregoriana y castoreño, quien tampoco propina un exagerado castigo con la pica. Dificultoso tercio de palitroques, cayendo baja y desigual la primera pareja.
Templa en el prólogo el que desfiló a la derecha en el paseíllo, llevando largo el muletazo, pese a la evidente protesta del cornúpeta al final del mismo. La predisposición del matador es titánica, al son de su propio pasodoble. No obstante, no le responde su adversario, al que no le importa la entrega, la formalidad ni el buen comportamiento. Aunque la transmisión no se contempla en la faena, Curro nos ha vuelto a dejar una pincelada de sabor y toreo profundo. Estocada entera, algo trasera y tendida. Oreja.


    Ranchero, así fue nombrado el sexto toro de la tarde allá por el Castillo de las Guardas -que en realidad se trata del primer sobrero-. El carbón con el que acomete al lacio capote estropea el trazo de los lances del más novel en alternativa. Negro, largo, fino, con dulce expresión, badanudo y cornidelantero con pitones desembocados hacia arriba, es el morito que toma una leve puya, humillando en el peto. Hay que esperarlo en exceso para ejecutar la suerte con los avivadores. Posteriormente, se lo lleva con torería a una mano un banderillero hacia su burladero. ¡Qué delicia en el maniobrar de los toreros de plata!
Lo lleva toreado Sebastián con medio muletazo, exigiéndole, sin recorrido pero paseándolo debido al maravilloso tranco y clase que desprende. Ralentiza por el pitón derecho mientras escuchamos los acordes con su nombre. Se adorna con molinetes por bajo, aunque el fondo del animal se desploma de repente. Estocada entera en suerte contraria. Oreja para finalizar una fascinante tarde de sabrosísimas "trincherillas" que nos sacan una sonrisa y alimentan nuestro alma.


La corrida ha sido bien presentada, con señero trapío en general, de capa oscura excepto el colorado segundo, y todos manejables. A destacar el cuarto, Sainetero, al cual exprimió una magnífica faena Enrique Ponce, llegando hasta hincarse de rodillas -nada habitual en su tauromaquia-, y desorejándolo entre el clamor del respetable. El tercero fue devuelto a los corrales por posibles defectos musculares y de descoordinación.

Imágenes: capturas obtenidas de la retransmisión en directo de Canal Sur.


-Enrique Ponce: oreja y dos orejas.

-Curro Díaz: palmas y oreja.

-Sebastián Castella: oreja y oreja.


- ENTRADA: Tres cuartos del aforo permitido -

Romero Salas

viernes, 25 de septiembre de 2020

"Toros desde el sofá": Enrique Ponce y Curro Díaz en Cabra

 

Foto: surdecordoba.com



ENRIQUE PONCE Y CURRO DÍAZ
PLAZA DE TOROS DE CABRA, CÓRDOBA
De tercera categoría
-Estilo: Popular de mampostería
-Inauguración: 24/6/1857
-Aforo: 4050 localidades

Comienzo: 18:00 h
(Festejo retransmitido a través de Movistar Toros)

Ganadería: Juan Pedro Domecq
-Divisa: Encarnada y Blanca
-Finca: Lo Álvaro (Castillo de Las Guardas, Sevilla)
-Señal de orejas: punta de lanza en ambas
-Antigüedad: 2/8/1790

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Se percibe sin excesiva dificultad la abismal solemnidad que rebosa el paseíllo sobre el ruedo egabrense, a la par los dos espadas formando una terna, más bien un dúo, armónico en cuanto a indumentaria se refiere, y desfilando destocado Curro Díaz en su debut en esta plaza como matador de toros.

Enrique Ponce: corinto y oro

Curro Díaz: azul pavo y oro


    Recibe Enrique Ponce flexionando la rodilla a Pícaro, que sale suelto del percal del chivano. Consigue estirarse a la verónica con notable despaciosidad, bajándole mucho el capote y mostrándole menos de lo habitual, lo que le honra, aprovechando la humillación que expone el toro de salida. El negro mulato,  listón, rematado, hecho ligeramente cuesta arriba, enmorrillado, bajo de manos, badanudo, cornidelantero y estrecho de sienes, toma un medido puyazo, peleando con un solo pitón. Quita el director de lidia en los medios por intermitentes chicuelinas, delantales y una posterior media al ralentí. No quedan en óptima colocación los pares de rehiletes, al cortar en el cuarteo el astado. Brindis al público.
Inicia la faena con abismal suavidad, ganándole terreno el diestro hacia las rayas de picar. Destaca la evidente humillación, fijeza y continuidad del cornúpeta, que pese a sus virtuosas cualidades, no termina de romper en cuanto a transmisión. Bailotea a sones del pasodoble "Churumbelerías", proporcionándole así cierto tiempo al animal, ya que no se excede de fuerzas. Alterna frecuentemente ambos pitones. Torea a pies juntos al natural y citando de frente, aunque sin poder coser los independientes y templados muletazos. Concluye su descafeinada actuación con el ya habitual abaniqueo en su repertorio. Estocada entera y trasera, la cual no es suficiente para una pronta caída del toro. Acierta con el descabello. Palmas.


    Sobresalta el segundo de la tarde, haciendo alusión a su propio nombre. Lo saluda Curro Díaz por lentas verónicas con el mismo capotito que su compañero de cartel. El castaño, largo, potente de grupa, cuesta arriba, hondo de caja y de semejante cornamenta que el que abrió los chiqueros en primer lugar, es conducido a la jurisdicción del equino mediante un garboso galleo por chicuelinas, habiendo irrumpido contra las destrozadas tablas de la barrera, dejando al descubierto el callejón. Señala la puya el varilarguero en buen sitio. Correcta ejecución del tercio de garapullos. Brindis al público.
Se va haciendo polvo las manos la res, perdiéndolas en diversas ocasiones, al igual que las tablas de la plaza, que ya se han destrozado tres o cuatro veces en lo que llevamos de Gira de Reconstrucción. Cae desagradablemente de nuevo, ahora con los cuartos traseros incluidos, dando la sensación de una desafortunada lesión en los mismos. Se luce al natural el linarense al ritmo de la composición musical taurina "Joselito Bienvenida". Logra la emoción, calando en el tendido con la mano zurda. Demuestra una gran clase, tranco y recorrido el burel, permitiendo a su vez una interesante inspiración a su lidiador, quien más tarde deja una media estocada en suerte natural, que surte repentino efecto. El morlaco es aplaudido levemente en su arrastre. Oreja.


     Sale de toriles Puntillito, colorado, serio, bajo, rematado, enmorrillado, badanudo y astifino, que embiste con abismal carbón en las telas del de corinto y oro. Se astilla el pitón izquierdo al penetrar el mismo en un burladero. ¡Un buen carpintero para darle un repasito a las maderas, por favor! Administra el piquero del castoreño el castigo al adversario. Aprieta por dentro a los subalternos que cuartean con los palos, lo que convierte en meritoria dicha suerte. 
Levanta los oles al principio de la faena, sin obligar la acometida del animal. Se adorna con bajos molinetes, mientras cambia a la mano izquierda. Se ayuda del alegre "Nerva" para marcar los tiempos de las series por el pitón derecho del encastado cornúpeta, que no cesa de embestir exponiendo una importante continuidad. Le facilita tiempo, lo dosifica bien el chivano, mas no tiene frente a su franela un astado que destile una extraordinaria transmisión. Le extrae magistralmente todo el jugo posible al segundo de su lote, abandonándose y llevando largo y profundo el muletazo. Concluye con su patente poncina. Estocada corta en suerte contraria y en los rubios. Dos orejas.


    No consigue lucirse de capa el segundo de la pareja de toreros con el cuarto juampedro del festejo, el cual tumba al caballo y a su jinete, cayendo ambos al haber sido agarrado el primero por los pechos. Le deja la pica para la "prueba del azúcar", como se suele decir coloquialmente en la jerga taurina, a Locuelo, negro, bajo, armónico de hechuras, enmorrillado, tocado del pitón izquierdo y estrecho de puntas. Colocan con aparente facilidad los avivadores los peones de la cuadrilla de Curro Díaz.
Comienza la faena componiendo la figura y templando a su oponente. Para el tiempo con gran gusto el maestro con la mano diestra. Alterna por naturales, proporcionándole también cierto tiempo entre tanda y tanda. Cala en el público mientras se escucha el clásico pasodoble "Domingo Ortega". Está cumbre el espada, con su toreo profundo e inspirando. Estocada entera tras un pinchazo con un ligero metisaca. Ovación en el arrastre del morito. Oreja.


La corrida de Juan Pedro ha tenido una correcta presentación, apta para plaza de tercera categoría, incluso alguno que otro para de segunda. Los cuatro toros eran cuatreños, con escasa variedad de pelo y juego irregular. A destacar el segundo, que pese a que perdía las manos y caía frecuentemente, acometía a los engaños con notable continuidad, y cada vez más con mejores cualidades; y el cuarto, templado a la perfección por Curro Díaz, y embistiendo con gran clase y fijeza. Ambos fueron ovacionados en su arrastre. 
Sobresaliente: Enrique Martínez "Chapurra", de azul marino y oro, quien no pudo intervenir en ningún momento del festejo.

Imágenes: capturas obtenidas del resumen de la corrida, retransmitida por Movistar Toros.


-Enrique Poncepalmas y dos orejas.

-Curro Díaz: oreja y oreja.


- ENTRADA: Lleno del aforo permitido (200 localidades) -

Romero Salas

viernes, 18 de septiembre de 2020

"Toros desde el sofá": Enrique Ponce, Curro Díaz y Emilio de Justo en Nimes


 Foto: hoy.es



ENRIQUE PONCE, CURRO DÍAZ Y EMILIO DE JUSTO
ARENAS DE NIMES, FRANCIA
De primera categoría
-Estilo: Anfiteatro Romano 
-Inauguración: 1863
-Aforo: 16300 localidades

Comienzo: 17:30h
(Festejo retransmitido a través de Canal+ Toros)

Ganadería: Victoriano del Río
-Divisa: Negra y Amarilla
-Finca: El Palomar (Guadalix de la Sierra, Madrid)
-Señal de orejas: muesca en ambas
-Antigüedad: 12/7/1942
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Desfilan en línea recta los tres componentes de este rematado cartel, con semblante serio y mostrando una terna variada y muy torera. Saludan la ovación al término del paseíllo.

Enrique Ponce: rosa palo y oro

Curro Díaz: azul marino y oro

Emilio de Justo: tabaco y oro, con fajín y corbatín verdes, y hombreras y alamares a lo antiguo


    Abre en primer lugar la puerta de toriles Curioso, negro, alto de manos, hecho levemente cuesta arriba, ancho de sienes y enseñando las palas de los pitones. Mete correctamente la cara en las lentas verónicas de Enrique Ponce, que alternando con una improvisada chicuelina y dos medias, va ganándole terreno hacia los medios. Recibe un trasero, prolongado y medido puyazo, humillando con limpieza en el peto del caballo. Huye tras tomar el segundo. Colocan los banderilleros en lo alto y con oficio los garapullos. Brindis al público.
Se extiende el director de lidia en un templado inicio de faena, sin exigencia excesiva. Destaca de este primero de la tarde su genial humillación, la cual no desaprovecha el diestro dosificándola con suavidad y sin bajarle en demasía la mano mientras suena con extraordinaria dulzura "La Concha Flamenca". Sin embargo, carece de recorrido al subir la cara al final del derechazo. Consigue una excepcional serie por el pitón derecho calando en el tendido. Requiere el astado espacio y tiempo al natural. Torea en redondo con una rodilla genuflexa, mas el animal ya se va apagando, perdiendo transmisión. Se ha entendido el maestro Ponce con su adversario, gustándose muy relajado pese a las malvadas miradas y parones de este último. Estocada corta en suerte natural, cuando se escucha el primer aviso. Se le solicita, en vano, la vuelta al ruedo al toro en el arrastre. Oreja.

    Misigato, negro mulato, bragado, salpicado, meano, bajo, rematado, enmorrillado, ancho de cuerna y cornialto, no permite el completo lucimiento en el saludo capotero de Curro Díaz. Demuestra fijeza en la cabalgadura del piquero, sin propinar cabezazos en un señalado puyazo. Recibe una breve y trasera puya en la segunda acometida. Quita Emilio De Justo por chicuelinas ajustadísimas y muñequeando, cuando accidentalmente cae en la media verónica, agarrándolo peligrosamente el toro muy cerca del cuello, pero sin consecuencias. No lo pone muy difícil el cornúpeta en el tercio de rehiletes. Brindis a Enrique Ponce.
Humilla enclasadamente por el pitón derecho, mas sin un desmesurado recorrido en el trazo del muletazo. Lo templa el de Linares en la siguiente tanda, sintiéndose, metiendo riñones al componer la figura y hundiendo la barbilla en el pecho. Baja la muleta al natural y llevándolo largo a sones del pasodoble. Le da tiempo y sin  profundizar en exceso para no presionar la endeble condición que le resta al burel, que irradia clase y suavidad en su embestida. Torea despacio Curro Díaz, muy despacio. Estocada media en la misma cruz. Acierta con el verduguillo. Ovación que saluda desde el tercio.

    Se retrasa en su salida Descreído, de Toros de Cortés, tostado chorreado, listón, serio, bajo, hondo de caja, hecho ligeramente cuesta arriba, enmorrillado y de imponente encornadura. Permite a Emilio de Justo estirarse a la verónica rematando con una templada media. Toma un contundente puyazo, acudiendo con fiero galope a la jurisdicción del varilarguero. Extraordinario quite sentido y de pellizco por bajas chicuelinas y una vistosa revolera por parte del extremeño. Recibe otro desde casi la boca de riego con la misma casta y bravura. Suena la música como tributo a la grandeza de este tercio florece. Corta a los subalternos en la suerte de avivadores, rompiendo parte de las tablas en un fuerte derrote contra las mismas. Brindis al público.
Emociona desde el inicio de faena, dominando a su oponente y prolongando el pase de pecho a la hombrera contraria. Baja más la mano diestra en los mismísimos medios, templando a la perfección al ritmo de la composición musical taurina "Ópera Flamenca". Torea con notable lentitud por garbosos naturales. Demuestra el morlaco continuidad y recorrido por ambos pitones, que ha caído en las mejores manos en cuanto a pureza y temple se refiere. Concluye con la mano zurda a pies juntos y citando de frente, dando tiempo y sitio a un ya consumido animal, que ha presentado una positiva y entregada actitud, al igual que la de su lidiador, quien se tira en la testuz para desafortunadamente pinchar, y posteriormente dejar un estoconazo en todos los rubios. Vuelta al ruedo para el astado en su arrastre. Oreja.

    Negro, largo, rematado, enmorrillado, bajo de manos y estrecho de sienes es el cuarto toro de la corrida, que embiste bien en el recibo de percal de Enrique Ponce. No muestra una titánica pelea en el peto del equino, tampoco en el trasero y largo segundo puyazo. Tienen buena colocación los pares de banderillas, en lo alto del lomo.
Cambia de mano en dos ocasiones el chivano, toreando de salón en el comienzo de faena. Profundiza los despaciosos derechazos en el centro del ruedo ovalado, acompañando unos relajantes acordes musicales. Proporciona tiempo con macerado oficio, toreando al natural mientras humilla de maravilla el cornúpeta. Improvisa ahora toreando por el pitón derecho sin estoque de ayuda. Se está abandonando el más veterano en alternativa, ocultando con mera y aparente facilidad los defectos que presenta su oponente, manteniendo los papeles y la naturalidad al desarmarle los engaños. Torea por circulares invertidos completos y con destacable lentitud, vaciando completamente la embestida. Estocada entera recibiendo en suerte contraria, cayendo instantáneamente el toro, que ha permitido inspirarse al espada. Dos orejas. Se abrirá la Puerta de los Cónsules para el torero número 1 en el escalafón a día de hoy.

    Sale suelto de los lances de Curro Díaz el quinto de la tarde, Jara, burraco, axiblanco, gargantillo, potente de hechuras, rematado, largo, hondo de caja, alto de ijares, estrecho de sienes y algo tocado del pitón derecho, aunque metiendo bien la cara y alargando el cuello. Mide el del castoreño al de Victoriano del Río. Espera en demasía a los toreros de plata, lo que dificulta la ejecución de la suerte de banderillas. Brindis al público.
Prueba genuflexo el matador en el prólogo de faena. Baja la franela en los medios, toreando aceleradamente la acometida colmada de carbón y prontitud del morito. Peca de arrítmico y destemplado el reseñado en segundo lugar del lote del enfundado en un serio y elegante azul marino y oro, llegando a incluso evitar su correcta colocación. No ha facilitado la res el completo lucimiento que es capaz de desprender este artista linarense. Pinchazo hondo, contrario y desprendido. Vuelve a pinchar. Hunde la tizona en el tercer intento. Da la vuelta al ruedo el desafortunado torero.

    Jinetero, aplaudido de salida, negro, serio, hecho cuesta arriba, enmorrillado, alto, fino, bizco del pitón derecho y estrecho de sienes, cierra los chiqueros en el segundo festejo de la Feria de la Vendimia. No consigue lucirse totalmente Emilio de Justo, mas sí lo hace en un artístico y dibujado galleo por chicuelinas para dirigir al sexto de la tarde a la jurisdicción del torero de la gregoriana, quien proporciona un par de extensas varas, y es ovacionado por el respetable en su camino hacia el patio de cuadrillas. Colocan con aparente sencillez y reunión los palos en su sitio los peones, que también hacen lo propio al recibir los correspondientes aplausos. 
Consigue entenderse con el animal  De Justo, templando por el pitón derecho con su extraordinaria colocación, y prolongando los pases de pecho. No obstante, no termina de romper la afición en su magistral toreo al natural, bajando la pañosa. Va perdiendo el de la finca madrileña cierta nobleza en la embestida, además de fijeza y obediencia al toque del espada. Suelta la ayuda para torear sin la misma por derechazos, mientras se oye el clásico "Agüero". Escarba el toro en las manoletinas finales. Los aceros emborronan la interesante actuación del que desfiló en el centro del paseíllo, pinchando por segunda vez. Estocada entera. Saluda Emilio la ovación desde el tercio.

La corrida ha sido muy bien presentada, seria, de capa oscura, de potente cornamenta y hechuras, manejables en general y aptas para una plaza de primera categoría. A destacar el segundo, de gran clase y temple en la embestida; tercero, dando gran espectáculo en el tercio de varas, y premiado con la vuelta al ruedo en su arrastre; y el cuarto, mostrando una sensacional humillación y recorrido.

-Enrique Ponceoreja y dos orejas.

-Curro Díaz: ovación y vuelta al ruedo.

-Emilio de Justo: oreja y ovación.

- ENTRADA: Tres cuartos del aforo permitido -

Romero Salas

domingo, 13 de septiembre de 2020

"Toros desde el sofá": Eugenio de Mora, Daniel Luque y Raúl Rivera en Consuegra


 Foto: abc.es


EUGENIO DE MORA, DANIEL LUQUE Y RAÚL RIVERA
PLAZA DE TOROS DE CONSUEGRA, TOLEDO
De tercera categoría
-Estilo: Neo-barroco
-Inauguración: 15/9/1803
-Aforo: 4500 localidades

Comienzo: 18:00 h
(Festejo retransmitido a través de Castilla la Mancha Media)

Ganadería: Julio García
-Divisa: Blanca y Grana
-Finca: Don Antonio (Sandro, Salamanca)
-Señal de orejas: orejisana en ambas
-Antigüedad: 28/4/2019


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Tras arrancar el pasodoble "La Entrada", desfila más adelantado Daniel Luque que los demás espadas, Eugenio de Mora y el destocado en su debut Raúl Rivera. Al término del paseíllo, se interpretó el Toque de Oración en homenaje a las víctimas fallecidas a causa de la COVID-19, y posteriormente el Himno Nacional.

Eugenio de Mora: blanco y oro

Daniel Luque: blanco y oro

Raúl Rivera: azul rey y oro

    Sorprende Levítico, que sale suelto de los lances de probatura del director de lidia, entre una inmensa cascada de albero en suspensión. El negro, bajo, rematado, enmorrillado, bien armado de puntas cornialtas  y algo tocado del zurdo, se duerme con el pitón izquierdo en el peto del caballo, acometiendo sin pelea. Se queda inmóvil en el sitio en el cuarteo de los banderilleros, convirtiendo el mismo en muy complicado de ejecutar. Brindis al público.
Cabecea en exceso en los primeros doblones por alto, a la vez que se zarandea dificultosamente la muleta de Eugenio debido al intenso vendaval. Consigue meter luego la cara, mas con mala intención de ignorar el engaño y apretar por dentro. Rompe "El Gato Montés" cuando el de blanco y oro domina al animal, que en su artificial y tensa embestida se raja hacia los medios en varias ocasiones. Lo intenta el matador al natural. El viento se lo impide. Pierde fijeza y continuidad el astado, absorbido por su evidente mansedumbre, que desluce totalmente los alterados derechazos del torero. Al perfilarse en suerte natural, el toro se distrae desatendiendo a la muleta, provocando un pinchazo. Estocada entera, baja y no en muy correcta colocación.

    Codicioso, negro, bajo, hondo de caja, grueso de hechuras, badanudo, con menor encornadura que el anterior, se parte la punta del pitón derecho al derrotar en un burladero. Se gusta a la verónica Daniel Luque con su primer toro, el cual acude galopando al equino del varilarguero, el cual le propina un contundente puyazo. Caen arriba y en su sitio los palos. Como hecho curioso, un peón de brega lo conduce a una mano hacia el lugar elegido por el matador, tras lucirse con una improvisada revolera, lo cual no es muy usual en los toreros de plata.
Logra Luque que su oponente introduzca la cara en la muleta, que dobla las dos manos al embestir con tanta potencia, en su dinámico deseo más que en su escasa posibilidad física. Se luce en una interesante serie de derechazos adornada con un garboso molinete y un prolongado pase de pecho a sones del pasodoble "Amparito Roca". Alterna ambas manos, pero el viento sigue saliéndose con la suya. Va yendo a menos el cornúpeta, parándose ante el cite de su lidiador, que baja excesivamente la franela. Concluye por montecinas -manoletinas de perfil-, exprimiendo por alto todo lo que le reste al de Julio García. Estocada entera, trasera y perpendcular en suerte natural. Se oye un aviso mientras el toro se levanta. Oreja.

   Raúl Rivera saluda de capa al tercero de la tarde primeramente con una larga cambiada de rodillas junto a las tablas, y más tarde con suaves verónicas abriendo bien los brazos. Negro, alto de cruz y de ijares, largo, rematado, enmorrillado, astifino y con pitones inclinados, humilla de salida en un exagerado galleo por chicuelinas para colocarse cerca de la jurisdicción del torero del castoreño, quien le castiga fuertemente con la vara. Quita con notable dinamismo el más novel en alternativa por el mismo palo y rematando con una vistosa media por el pitón derecho. Se escucha el gallardo pasodoble "Nerva" cuando el espada levanta los ánimos en el tendido con tres pares de rehiletes bien reunidos y algo delanteros, el tercero al violín. Brindis al público.
Se cambia al pitón izquierdo en el inicio de faena, que con extrema despaciosidad y dando tiempo al animal, transmite al público. Es tal el deseo de humillación de la res, que ha clavado los pitones en el albero en diversos instantes. Lo jalea Raúl con la voz para coser cada natural aprovechando el tranco y recorrido que presenta al ritmo de "La Puerta Grande". Templa increíblemente en la última tanda con la mano diestra, realizando más tarde un desplante genuflexo. Entra a matar dejando un metisaca estorbando los arpones de las banderillas. Pinchazo hondo. Estocada corta en los rubios que provoca un pronta y desplomada caída al toro. Grandiosa carta de presentación de este desconocido torero yelense, con un virtuoso burel aplaudido en su arrastre. Oreja.

    Iluminado se hace presente en el ruedo manchego, con abismal trapío, que alarga el cuello humillando en el veloz ramillete de verónicas de Eugenio de Mora. Negro, armónico de hechuras, enmorrillado, estrecho de sienes y de semejante encornadura que el anterior, acomete con potente agresividad contra el peto, tanto que provoca la inestabilidad del piquero, que se apoya con la pica para posteriormente ejecutar un contundente puyazo. Reunido cae el primer par de garapullos, colocado en su sitio, mientras el segundo se clava un poco más abajo del lomo.
Baja en demasía la muleta el que desfiló a la izquierda durante el paseíllo, para detener en parte la desmesurada fuerza del viento que no cesa de molestar. Se cruza con ideal colocación el espada, cogiendo el estaquillador por el centro al natural mientras suena el clásico "España Cañí". Mete bien la cara el animal por el pitón derecho. Le proporciona tiempo al toro, que va perdiendo potencia en su embestida, y a su vez la nobleza acometiendo a base de delicados cabezazos. Aprieta por dentro sorprendentemente en un par de momentos. Le causa una aparatosa voltereta sin consecuencias. Estocada entera, trasera en suerte contraria. Oreja.

    Sale con ambos pitones astillados el quinto de la corrida, negro, enmorrillado, badanudo, hecho de cuartos traseros y cornialto. Se luce Daniel Luque a la verónica, asentando las zapatillas en el suelo. Se emplea el toro en la armadura del equino, recibiendo un potente castigo en varas en sublime sitio, a unos cuatro dedos del morrillo aproximadamente como marcan los cánones del toreo. Se detiene el morlaco frente a los subalternos en la suerte de avivadores, esperando y midiéndolos. 
Lleva largos los derechazos el sevillano tras apretársele por dentro. Baja más aún el engaño ligando cada muletazo con gran soltura y serenidad, mientras los oles del respetable acompañan a los acordes de la composición musical taurina dedicada a Marcial Lalanda. Compone recta la figura enrosacándose en un molinete en el cambio de mano. El cornúpeta posee un sensacional pitón derecho, colmado de clase, nobleza, recorrido y armonía en la embestida. Se ayuda al natural aprovechando la descomunal humillación, exigiendo por bajo, ya que el toro lo permite a la perfección, pese a que va desobedeciendo al toque cada vez más. Templa con la mano derecha, explotando la titánica calidad y fijeza que desprende su oponente. Suenan los ya habituales pitos de indulto, mientras que se adorna por sus patentes luquecinas sin estoque de ayuda. Continúa con fuerza mayor la protesta del público solicitando el pañuelo naranja... la moda de hoy día. El presidente aguanta el chaparrón demostrando clase y afición. Pinchazo hondo. Estocada entera, baja y trasera. Cae el animal con una tercera estocada entera y contraria. Se le concede la vuelta al ruedo en el arrastre al quinto, premio justo a las extraordinarias virtudes que ha expuesto. Oreja para Luque, cuya tizona ha emborronado la fenomenal obra de arte que ha firmado sobre la arena.

    Cierra la puerta de toriles Espléndido, negro listón chorreado, enmorrillado, badanudo, rematado, estrecho de sienes y astifino, que se retrasa en su salida más de lo habitual. Echa las manos muy arriba por delante, desluciendo los pases con los que le saluda con el percal Raúl Rivera. Cae varias veces, cuando toma una señalada vara en la suerte ejecutada por el varilarguero de la gregoriana. Parea el matador cuarteando con los palos por debajo de los hombros en los reunidos cuatro primeros garapullos. Se lastima el brazo derecho al colocar el segundo par. Clava al violín esperándolo mucho el toro. Brinda al público.
Embiste muy rebrincado en el embroque de los primeros pases. Pierde las manos desluciendo más aún su pitón diestro. Requiere demasiado tiempo y sitio, sin transmisión alguna. Carece de ritmo y armonía en la acometida por ambas hojas de la muleta, lo cual desluce la faena de entrega que realiza su lidiador, fruto de su aparente descoordinación. No tiene Rivera suerte con los aceros, con cuatro pinchazos que dejan con mal sabor de boca al espectador, quien de seguro deseaba contemplar de nuevo en plenitud a este fabuloso espada. 

La corrida ha sido muy bien presentada y pareja en su totalidad, negra de capa, con hechuras extraordinariamente armónicas, de encornadura propia de plazas de segunda categoría, y de buen juego en general, exceptuando el primero y sexto, muy parados y sin transmisión ni tranco en la embestida. A destacar el tercero, muy enclasado, noble y con excepcional humillación, con el que se pudo lucir Raúl Rivera en todos los tercios; y el quinto, al cual se le fue pedido el indulto, y se le premió con vuelta al ruedo en su arrastre, sobresaliendo en la suerte varas y demostrando virtuosas cualidades de recorrido, humillación y fijeza en la muleta por ambos pitones.


-Eugenio de Morasilencio y oreja.

-Daniel Luque: oreja y oreja.

-Raúl Rivera: oreja y silencio.

- ENTRADA: Tres cuartos del aforo permitido -

Romero Salas

jueves, 10 de septiembre de 2020

OPINIÓN: La afición de postín da positivo en "Indultitis"

 


Me voy a permitir el lujo de calificar como sencillamente nefasto lo acontecido la pasada tarde en Villanueva del Arzobispo. La gota cayó para colmar el vaso. Me llega hasta preocupar que los propios taurinos nos carguemos la esencia de la Fiesta de los toros. Sentía contradicción, rabia e incluso vergüenza cuando tras una desaliñada y sosa corrida de imponentes victorinos, escuché los primeros pitos de petición de indulto en el quinto, de Rubén Pinar. Sobresaltado y tratando de no echar cuentas a una posible confusión, la solicitud hacia la presidencia incrementaba desmesuradamente. Muralista no me transmitía de forma realmente extraordinaria, también por causa de la faena de su lidiador, que a mi parecer no destacó en raza ni emoción suficiente como cuando verdaderamente un astado presenta condiciones para que se le perdone la vida. En mi modesta opinión, fue un gran toro, eso nadie lo duda, con numerosas cualidades; pero jamás se me hubiera pasado por la cabeza el final que desgraciadamente sucedió.

El toro "Muralista" de Victorino Martín vuelve a los corrales tras ser indultado con división de opiniones en Villanueva del Arzobispo. FOTO: CAPTURA RESUMEN MOVISTAR TOROS


Analizando la lidia de Muralista de principio a fin, sobresale el único puyazo que tomó el mismo, y por si no fuera poco, acometiendo al peto del caballo tan solo con el pitón derecho. Posteriormente, se duerme en la armadura del equino, sin fuerza ni pelea, si acaso pegando algún que otro agresivo cabezazo, y para nada metiendo los riñones. Pierde las manos tras recibir la única vara del piquero. Se para ante los capotes de brega de los subalternos en la suerte de banderillas. Hay que tratarlo con mimo, sin forzarle demasiado, mientras que acude cortando y desarrollando a la jurisdicción de los encargados de parear. Hasta entonces, para nada promete la situación que finalmente se dio.

Anda justo de fuerzas el animal en el comienzo de faena. Más tarde, consigue entenderse el de celeste y oro con su oponente, luciéndose en cada muletazo profundo, y aprovechando la calidad, fijeza y recorrido en la embestida del victorino. No obstante, humilla a una altura considerable, mas para nada dibuja los habituales surcos en el albero arrastrando el hocico, como para atender la petición de indulto de un sector del respetable. Sigue toreando Pinar por alto, sin exigir al toro, el que va pegando cada vez más cabezazos, perdiendo la clase y nobleza en su acometida a la franela a sones de "Churumbelerías". Pasodoble acertadísimo para manifestar la auténtica churumbelería que va a cometer a continuación. El torero, tras perfilarse en vano debido a la actitud del público, vuelve a cambiar el estoque de matar por el de ayuda, para seguir probando al segundo de su lote. Pierde humillación, e incluso continuidad. Continúan los pitos cuando de nuevo se dirige el matador a la barrera a por el acero. El presidente pregunta al Sr. ganadero por medio de una policía que se encontraba junto a él, si desea que se le perdone la vida a su ejemplar. El receptor, ignorando los principios y la personalidad que se ha de tener en estos momentos, emite una respuesta positiva. En contrapartida, hay algunos verdaderos aficionados sobre el tendido que piden que se dé muerte al toro. El pañuelo naranja, que ya llevaba rato de estar cogido por la mano del emisor, descubre el ruedo de la plaza, mientras se escuchan las perfectamente razonables protestas de "¡fuera, fuera!" por parte de algunos taurinos que saben realmente cómo funciona la cosa. Menuda "churumbelería".


Victorino, pese a un exagerado indulto, brilla junto a Pinar y Lamelas en  Villanueva del Arzobispo - Toros - COPE
Rubén Pinar toreando al segundo de su lote, posteriormente indultado entre diversas discrepancias. FOTO: COPE.ES

Rubén Pinar indulta a Muralista de Victorino Martín en Villanueva del  Arzobispo. Vídeo | Lascosasdeltoro
Rubén Pinar con las dos orejas y rabo simbólicos tras perdonarle la vida al quinto de la tarde.
FOTO: LAS COSAS DEL TORO.


Incluso el propio Muralista se declaró mejor aficionado que su Sr. criador y la mayoría del público que presenció aquel suceso, deteniéndose ante la puerta de toriles, y obligando a sacar los cabestros -el uno más muermo que el otro- en su negativa de adoptar un desmerecido indulto. 

Sinceramente, pensaba que el Sr. Presidente de la Fundación Toro de Lidia -que no del festejo- era mejor entendido, o al menos honesto, que lo que demostró ser ante un "no hay billetes" del aforo permitido. Esa actitud de carencia de clase, honradez, humildad... hasta respeto a los buenos aficionados, no se halla en la lista de valores que inculca la tauromaquia. 

Rubén Pinar indulta a Muralista de Victorino Martín en Villanueva del  Arzobispo. Vídeo | Lascosasdeltoro
D. Victorino Martín en su ganadería junto al indultado Muralista. FOTO: CANAL DE YOUTUBE GANADERÍA VICTORINO MARTÍN: NUESTRO DÍA A DÍA

Pero lo que usted acaba de leer no es sino el caso más reciente y también el que hasta entonces ha generado más polémica, de todos los indultos que se han concedido en esta temporada post-confinamiento. Como pueden comprobar a continuación, los datos van más allá de la casualidad. Pura causalidad.

INDULTOS POST-CONFINAMIENTO HASTA LA FECHA:

-Muralista, Rubén Pinar

-Envilecido, Salvador Cortés

-Palangrero, Manzanares

-El novillo de Béziers, Miguel Á. Perera

-Potrico, Joaquín Galdós

-Chorlito, Joaquín Galdós


PETICIONES DE INDULTO (NO CONCEDIDO) POST-CONFINAMIENTO HASTA LA FECHA:

-Soñador, Sergio Serrano

-Matagallo, Álvaro Lorenzo

-Africano, Daniel Luque


Y esto es lo que nunca debe ocurrir. Inconscientemente, estamos haciendo evaporar el concepto de indulto como algo excepcional, como aclararon los comentaristas de Canal+ Toros. Esta virtud de la que goza el espectáculo taurino debe florecer con carácter extraordinario, cumpliendo todos y cada uno de los requisitos necesarios para que la misma se lleve a cabo. Y para colmo las dos orejas y rabo simbólicos para el matador, sin importar la calidad de la faena. Cambio urgente, por favor. 

Romero Salas


sábado, 5 de septiembre de 2020

Un año de alternativa


Hoy se cumple un año de la fundación de este blog taurino. A día de hoy, cuenta con multitud de publicaciones variadas, así como galerías fotográficas, artículos de opinión, crónicas taurinas, concursos... e incluso con hierro propio.

Sinceramente, estamos orgullosos de la evolución de esta web sobre tauromaquia, así como del apoyo que la misma recibe, motor imprescindible para su correcto funcionamiento. Prueba de ello podría ser las 3167 visitas que se han registrado hasta la fecha, además de la suscripción gratuita de 14 "andanistas", a los cuales agradecemos su contribución. 

En el ranking de publicaciones según el número de visitas, podemos contemplar:
2. Almohadilla, hoy no iremos de toros... , siendo visitada en 111 ocasiones.

Cada día mantenemos la ilusión del primer día en trabajar para En la Andanada y el "Tendío", pensando en nuestro claro objetivo, que no es otro que el de acercar la Fiesta de los toros a la sociedad, y a su vez intentar que descubran su titánica grandeza.

Además, contamos en la actualidad con futuros e ilusionantes proyectos y secciones, que de seguro nos harán disfrutar de la tauromaquia y el toro de lidia en plenitud. Para ello, no cesen de apoyarnos. Muchas gracias, y cuídense en estos momentos tan complicados.

¡VIVA LA FIESTA NACIONAL!

Romero Salas

"Toros desde el sofá": Enrique Ponce, Curro Díaz y Sergio Serrano en Manzanares

Foto: Ayuntamiento de Manzanares



ENRIQUE PONCE, CURRO DÍAZ Y SERGIO SERRANO
PLAZA DE TOROS DE MANZANARES, CIUDAD REAL
De tercera categoría
-Estilo: Modernista
-Inauguración: 8/8/1900
-Aforo: 10.000 localidades

Comienzo: 18:30 h
Festejo televisado a través de Canal Plus Toros
Castilla La Mancha Media

Ganadería: Las Monjas
-Divisa: Morada y Negra
-Finca: Las Monjas (Lora del Río, Sevilla)
-Señal de orejas: Zarcillo en la oreja izquierda 
y horca en la derecha.
-Antigüedad: 12/10/1882

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Desfilan los diestros del cartel serenamente, los tres en línea recta y con semblante que muestra responsabilidad, a sones del mítico pasodoble "Gallito". Sergio Serrano camina desmonterado en su debut en esta plaza. Al término del paseíllo, se guarda un respetuoso minuto de silencio.

Enrique Ponce: rosa palo y oro

Curro Díaz: coral y oro

Sergio Serrano: caña y oro

    Sale de la puerta de chiqueros un espectacular castaño albardado, enmorrillado, badanudo, largo, rematado de hechuras, potente de cuartos traseros, ancho de sienes y con los pitones mirando hacia el cielo. Es recibido con despaciosas verónicas por Enrique Ponce, rematando con una media al ralentí en el tercio. No le cae extremadamente bien el puyazo, el cual toma acometiendo en el caballo solamente con el pitón izquierdo, sin pelea fuerte. Fácil tercio de banderillas, que caen reunidas y en su sitio.
Comienza la faena con suavidad y temple. Pierde las manos el toro en la segunda serie. Compone la figura saliéndose un poco de las rayas de picar, sin forzar la noble embestida de un animal justo de carbón, con el cual se puede lucir dado su evidente dominio. Cambia de mano, mas sin conseguir la transmisión ni emoción en el tendido. Suena el pasodoble. Escasea la raza y chispa en la faena. Estocada corta en suerte natural. Oreja.

    Juergano se hace presente en el ruedo manchego muy acelerada y  agresivamente. El segundo es castaño albardado, largo, fino, bajo de manos, de imponente encornadura y algo bizco del pitón izquierdo. La lía Curro Díaz de capa en la primera raya de picar, que sale decidido a saludar a su astado, provocando fuertemente los oles del público, dibujando sublimes verónicas y concluyendo con una emocionante media bajando el percal. Torero profundo y de pellizco. Acude el segundo de la tarde con suma fiereza al peto del equino, agarrándolo con gran humillación y recibiendo un trasero puyazo. Fantástico quite por chicuelinas y una templada larga cordobesa del torero de Linares. Complicada la lidia con los avivadores, ya que va desarrollando. Saluda Óscar Castellanos al colocar un meritorio par en la misma cara del toro. Brindis al público.
Aprieta por dentro el de Las Monjas, impidiendo la lucidez de su lidiador, que lo intenta tanto por derechazos como al natural. Rompe "Ópera Flamenca", que más tarde cesa al desmontar el espada. Vuelve a sonar dicha composición musical. Se vuelve el marrajo cada vez más difícil, buscando a Curro Díaz, quien no ha podido vaciarse como le gustaría en su primero. Pinchazo en una estocada muy tendida. Pinchazo hondo. Acierta con el verduguillo. Ovación.

    Viene a por todas Sergio Serrano, que recibe al tercero, negro listón, negro, largo, fino, y con cierta inclinación en los pitones, con una larga cambiada de rodillas, y estirándose posteriormente a la verónica. Coloca al cornúpeta en suerte a una larga distancia del piquero, quien le propina un puyazo trasero. Quita por ajustadas chicuelinas, que hacen fijar la atención en él. Correcta colocación de los rehiletes, excepto el primer par, que ha caído bajo. Brindis al empresario del coso de Manzanares.
Capta las miradas del público iniciando la faena de rodillas con la mano diestra. Se entiende con el animal, que humilla, llevando largo el muletazo. Se escucha el clásico pasodoble "Agüero", a la vez que realiza una interesante tanda de naturales de transmisión. Se queda absolutamente inmóvil, atornillando las zapatillas en la boca de riego, ejecutando unas atrevidísimas manoletinas, concluyendo con el tradicional y vistoso abaniqueo. Entierra el estoque en suerte natural, aunque en una colocación trasera, la cual hace caer rápidamente al animal. Dos orejas.

    Arrojado es el cuarto de la tarde, castaño, alto, rematado de cuartos traseros, enmorrillado y con ciertos rizos en la testuz -señales de trapío estas dos últimas caracterísiticas- y con pitones acapachados. Sentido ramillete de verónicas por parte del chivano, con una lenta media por el pitón izquierdo. Humilla correctamente de salida. Recibe un contundente puyazo peleando violentamente. Luego, toma otro improvisado, aun ya cambiado el tercio, dándose la deslucida carioca. Lo pone complicado con los garapullos, cortando al subalterno con la cara arriba. Brindis al público.
Se queda parado el astado en los primeros derechazos. No se entrega en absoluto el mismo por el pitón siniestro. El director de lidia, predispuesto, se lamenta debido a la actitud sosa y carente de clase y raza de su oponente. Simplemente no embiste, lo que supone un serio problema para Ponce. Estocada entera, aunque quedando la espada bastante baja y en fatal colocación. No es para menos. El toro parecía fruto de una obra de taxidermia frente a la franela: inmóvil. Pitos en su arrastre. Silencio.

    Sale Reyezuelo, castaño listón, con lucero en la testuz, largo, badanudo, bajo de manos y capacho de cuerna. De salida, presenta gran dificultad de movimiento. No consigue el de coral y oro emocionar con el capote. Puyazo trasero y señalado. Sale de la jurisdicción del varilarguero dando una voltereta sobre sus cuernos, acción que suele influir negativamente en su actitud. Colocan sencillamente los palos. Clavan solamente dos pares, quedando uno muy bajo, delantero y no reunido.
Los frecuentes y agresivos cabezazos con los que embiste impiden la transmisión en su acometida a los engaños. Por casualidad, Curro consigue templarlos bajando notablemente la pañosa con la mano izquierda, consiguiendo una emotiva serie mientras suena el pasodoble. Se le mete ahora por dentro entre ella y su cuerpo, costándole un buen susto. Cesa la música. Humilla a la perfección al natural, ganándose los oles del respetable. Voltea al matador en un aparatoso accidente, al quedarse parado el toro junto a él, y no es la primera ocasión. Estocada entera perfectamente colocada en suerte natural, en todos los rubios. Oreja como premio a los interesantes pasajes que ha tenido oportunidad de expresar, con un innato y artísitico toreo que cala en lo más hondo del alma.

    Sexto toro de la tarde. Castaño, rematado, largo, hecho cuesta arriba, enmorrillado y un tanto acapachado de cuerna. Se gusta en un par de verónicas, antes de que salga suelto y pierda el ritmo del recibo capotero. Medido puyazo del picador, el cual es aplaudido tras no castigar en demasía al burel, colocando la puya en su sitio. Acomete velozmente hacia los banderilleros, humillando. Brindis al público.
Transmite en el prólogo de la faena, tratando con suavidad a su adversario. Irrumpe el flamante "Nerva" de los instrumentos de la banda de música. Templa bajando la muleta por derechazos. Frecuentan los cambios de mano, al ritmo del jaleo del público manchego. Adorna con un garboso molinete citando de largo. El toro va de menos a más. Consigue una extraordinaria serie al natural, rematando con una emocionante pase de pecho metiendo la barbilla en el pecho y prolongando la embestida a la hombrera contraria. Mete los riñones luciéndose en una fascinante actuación, deleitando a la afición que no duda en ponerse en pie. El astado presenta multitud de virtudes, sin apagarse ni dejar de humillar, así como el tranco, recorrido... Se perfila Serrano en la suerte suprema, mas no la llega a ejecutar debido a los pitos de la gente. Se solicita el indulto cada vez con más fuerza. No cesa de embestir el animal. Sigue toreando a placer por ambos pitones. Mira varias veces al presidente, que no acepta la petición de asomo del pañuelo naranja. Hace señas de que entre a matar. Continúan las emocionantes y espléndidas series del más novel en alternativa. Entre una monumental bronca, consigue un estoconazo en todo lo alto. Merecidísima vuelta al ruedo para el genial cinqueño Soñador, que nos ha hecho soñar el toreo, y aplausos en su arrastre. Dos orejas y rabo. Máximos trofeos a un torero que se ha entregado en cuerpo y alma, y desde mi modesto punto de vista, ha conseguido expresar con sus avíos lo que atesora dentro. ¡Soberbio Sergio Serrano!


Foto: Mundotoro.com

La corrida de Las Monjas ha sido muy bien presentada, rematada de hechuras, con imponente encornadura, y de juego irregular. A destacar el segundo, muy parado, complicado y con desarrollo; el cuarto, totalmente desclasado, sin raza ni apenas embestida en la muleta; y el fenomenal sexto, al cual se le solicitó el indulto con fuerza por sus virtuosas cualidades, y fue ovacionado en su vuelta al ruedo en el arrastre.

-Enrique Ponce:  oreja y silencio.

-Curro Díaz: ovación con saludos y oreja.

-Sergio Serrano: dos orejas y dos orejas y rabo.

- ENTRADA: Media plaza del aforo permitido -

    
  Romero Salas

jueves, 3 de septiembre de 2020

OPINIÓN: Volvemos a los corrales

 



Bien sabe usted que, indudablemente, la cosa se pone cada vez más seria. No es para menos. Hemos salido del burladero más de la cuenta, y ahora estamos sufriendo las consecuencias. Numerosos son los factores que están influyendo negativamente sobre la evolución de la pandemia. No obstante, en mi humilde opinión, el sector taurino no se encuentra en esta prolongada lista de actividades, que por nombrar algunas, está constituida por el ocio nocturno, reuniones familiares, viajes de vacaciones, etc. Y es normal, ya que es considerable el hartazgo fruto del pasado confinamiento, mas creo que debemos poner más de nuestra parte para no volver a las andadas. 

Escribía anteriormente que las corridas de toros no cargaban con esta gran culpa y responsabilidad de hacer que esto retroceda a pasos agigantados. Me apoyo en el estricto cumplimento de las restricciones y medidas sanitarias, uso obligatorio de mascarilla y gel hidroalcohólico, espectáculo llevado a cabo en un espacio abierto... pese a que aun así se nos achaca de que somos los culpables. 

Cierto es además, que se han impuesto medidas sumamente contundentes que estrangulan la viabilidad del desarrollo de un festejo taurino. ¿Para qué van a hacerlo en los conciertos o en las discotecas? Pues bien, todos sabemos la real procedencia de este caos legislativo. Lo ocurrido en el Puerto de Santa María el pasado seis de agosto no se corresponde con los valores y actitud de cualquier taurino: aquí se trabaja para arrimar el hombro, no para botar más de la cuenta y darse con la contra, como se suele decir en mi tierra santera. Porque en este caso formamos todos parte de la misma cuadrilla, y cualquier error que se cometa, nos hará pagar caro. Y actualmente convivimos con el extremo de estas infortunadas consecuencias: la suspensión de las corridas. Pone uno toda su ilusión en ver un festejo, aunque sea televisado, y cuando le da por entrar en alguna web sobre toros... ¡ZAS! ... suspendido. De la noche a la mañana. Y cuando no, aplazado para que coincida con la festividad local, el colmo de los colmos. Toda la organización que requiere un espectáculo de esta envergadura, al garete en diez letras: SUSPENDIDA. No hay más que darse un simple paseo por cualquier portal taurino.



Entiendo a la perfección que el tema no está para andarse con toros ni con nada por el estilo. La salud es lo primero, eso por consabido se calla. Tampoco apoyo el popular dicho ahora tan de moda de que no existe constancia de la infección por COVID-19 de una sola persona en una corrida, ya que, aunque es lo más seguro, no se sabe con exacta certeza. Sin embargo, si desde el poder se adivina en el horizonte que la cosa viene fea, que se extermine todo espectáculo taurino de esta temporada por lo menos, ya que de esta manera avistaremos antes la luz al final del túnel, y saldremos menos criticados socialmente, acción que para nada merecemos, desde mi punto de vista. Mas que se tenga en cuenta que no acabarán con nosotros.

Romero Salas